Observatorio de la UE

¿Fue un asesinato? Activistas investigan un antiguo caso de violencia policial en Alemania

Dos abogados italianos se unen a una organización civil para resolver un presunto caso de asesinato en una comisaría en Alemania.

by Luna Lara Liboni

La violencia policial contra gente de color, migrantes y personas socialmente desfavorecidas es un problema muy preocupante que, cada vez con mayor frecuencia, tiene consecuencias mortales. Un importante caso en Alemania ha llevado a la creación de una Comisión Internacional Independiente formada por nueve miembros.

Dos de ellos, Arturo Salerni y Mario Angelelli, son abogados de Progetto Diritti, una de las organizaciones pertenecientes a la Coalición Italiana por los Derechos y Libertades Civiles. Tienen una gran experiencia en temas relacionados con los derechos humanos: han participado en importantes juicios, como el que sacó a la luz las tramas de la Operación Cóndor o el de la responsabilidad de la Armada italiana en el naufragio de un barco de migrantes en 2013 cerca de Lampedusa.

La muerte de Oury Jalloh

Oury Jalloh voló desde Sierra Leona para buscar protección en Guinea, y desde allí se fue a Alemania. Tras la denegación de asilo en Alemania, continuó viviendo en los márgenes de la sociedad en la ciudad de Dessau.

El 6 de enero fue detenido por estar borracho en la vía pública, y trasladado a una celda en la comisaría de Dessau, la misma celda donde le encontraron muerto quemado poco después.

Durante el juicio, los policías que habían estado presentes la noche de la muerte de Jalloh declararon que, aunque Jalloh tenía las muñecas y los tobillos atados a la cama, de algún modo fue capaz de usar un mechero para prender fuego al colchón sin que se diera cuenta ningún agente de policía.

Cuando saltó la alarma, en un principio los agentes la ignoraron, por lo que cuando llegaron los bomberos, ya era demasiado tarde para salvar la vida de Jalloh. En gran parte debido al testimonio de los policías, el caso provocó la indignación de la opinión pública, y tanto en Alemania como en otros países se organizaron varias protestas.

Incoherencias

En los últimos 13 años, las autoridades encargadas de la investigación nunca han considerado la posibilidad de que alguien hubiera asesinado a Jalloh. Hasta día de hoy, todos los resultados oficiales concluyen que fue Jalloh quien se prendió fuego. No obstante, investigaciones independientes externas han observado numerosas incoherencias en la versión oficial, y han constatado que es imposible que Jalloh hubiera podido comenzar el fuego de la forma oficialmente aceptada por el Estado.

En abril de 2007, el fiscal Folker Bittmann, que había defendido durante años el informe policial sobre la muerte de Jalloh, cambió de opinión. Pidió que se realizara una nueva investigación, esta vez por asesinato.

Según uno de los documentos presentados en la nueva investigación, Bittman declaró su convicción de que se prendió fuego al colchón con la ayuda de un líquido inflamable tras la muerte de Jalloh. El incendio se habría provocado para ocultar las pruebas del asesinato del preso. A pesar de la insistencia de Bittmann, la fiscalía regional rechazó abrir una nueva investigación y el caso se envió de nuevo a la fiscalía de Halle, que cerró el caso el 12 de octubre debido a la falta de pruebas concretas.

Acabar con la violencia policial

Como se explica en el documento fundacional, la Comisión Independiente Internacional se creó para descubrir todos los hechos relacionados con la muerte de Oury Jalloh, y también para establecer algunas cuestiones fundamentales relacionadas con la supervisión jurídica y la investigación de casos de muertes bajo custodia.

El informe de la comisión que investiga la muerte de Jalloh tratará de responder las dudas no resueltas que rodean esta tragedia. La historia de Jalloh es sintomática de un fenómeno más amplio que la comisión identifica como "un número cada vez más elevado a nivel internacional de agresiones policiales a gente de color, migrantes y personas socialmente desfavorecidas".

Ha llegado el momento de que una organización civil investigue el comportamiento de la policía para acabar con cualquier forma de violencia y maltrato.

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