La vigilancia por reconocimiento facial supone una amenaza para las sociedades libres: invade nuestra intimidad, refuerza los prejuicios raciales y facilita una vigilancia policial y masiva generalizada.
La privacidad es un derecho fundamental de todos y cada uno de nosotros. Los gobiernos no pueden violarlo cada vez que les plazca. Si las autoridades quieren espiar a alguien, deben obtener el permiso correspondiente.
Hace una década, los sistemas de videovigilancia masiva ocupaban el espacio público en todo el mundo. Hoy es la vigilancia con reconocimiento facial. Averigua cuánto sabes sobre esta tecnología y cómo amenaza nuestras libertades y derechos.
El uso de vigilancia de reconocimiento facial está cada vez más extendido en Europa, y quienes más tiene las de perder son los ciudadanos de a pie, no los delincuentes.
Los tótems publicitarios en la estación de trenes de Milán tienen un software de reconocimiento facial para recoger datos de pasajeros sin autorización.
El proyecto Hyperface, dirigido por el artista berlinés Adam Harvey está librando una batalla contra la tecnología intrusiva: crean tejidos y ropa que los ordenadores reconocen como una cara. Su objetivo es hacer...
En la era de la biométrica, en la que los sistemas de reconocimiento facial son posibles incluso para personas que llevan burka, la policía rumana todavía se altera por un poco de vello facial.