Democracia y Justicia

Qué es la incidencia política: definición, deberes, importancia

¿Qué es la incidencia política? ¿Qué tipos existen? ¿Qué deberes conlleva? ¿Por qué es importante?

by Jascha Galaski

1. ¿Qué significa abogar por los derechos, o incidencia política?

Abogar viene del latín advocare, que se refiere a una persona a la que se recurre cuando se necesita ayuda. En la Edad Media, un advocatus actuaba habitualmente como representante de un señor feudal o de una institución como la abadía local.

A medida que la sociedad fue evolucionando, también lo hizo el concepto de abogacía. Hoy en día, la abogacía sigue teniendo el mismo significado -una persona llamada a defender a otra-, pero en lugar de ser el portavoz o el delegado oficial de un gobernante poderoso o de la iglesia, los abogados modernos suelen abogar o defender causas y derechos específicos.

Las personas que se dedican a la incidencia política pueden ser, por ejemplo, defensores de los derechos humanos que quieren cambiar las sociedades desiguales, ecologistas que abogan por la acción climática o personas que se pronuncian contra el trabajo infantil. De hecho, cualquier ciudadano puede (y quizá debe) ser un defensor de algo. Cada día, los activistas se manifiestan en las calles para defender una causa en la que creen. La gente a menudo se une para alzar una sola voz. Gracias a estos movimientos colectivos, se crean organizaciones de base, grupos de campaña, de vigilancia y de derechos civiles.

En un contexto diferente, la abogacía también puede significar el trabajo de un abogado que defiende a un cliente ante un tribunal. Este blog, sin embargo, se centra en la definición de la labor de abogacía como la lucha por el cambio social.

2. ¿Por qué es importante?

La incidencia política, entendida como la lucha por el cambio, es importante porque nuestras sociedades se enfrentan a muchos retos. En todo el mundo, la infancia se ve obligada a trabajar, en lugar de ir a la escuela, vulnerando su derecho a la educación. Los refugiados viven experiencias traumáticas y penurias y se les niega el derecho de asilo. Millones de especies vegetales y animales corren peligro de extinción. Y hay otras innumerables desigualdades y crueldades por las que merece la pena luchar.

Para cada uno de estos retos, se necesita una implicación cívica: grupos de la ciudadanía que se interesan y dedican su tiempo a abordar los problemas. Investigan, adquieren conocimientos y se convierten en expertos en el tema, porque sus alegatos deben estar respaldados por argumentos razonables y fundados. Así pueden sensibilizar, educar y movilizar a la población.

La incidencia política también requiere hablar con los políticos y otros responsables de la toma de decisiones, para procurar que las cuestiones de interés público figuren en su agenda. Cuando los funcionarios públicos escuchan lo que los ciudadanos opinan, es más probable que tomen decisiones que redunden en el beneficio público.

Además, cuando los políticos saben que están siendo observados, es más probable que tomen medidas que redunden en el interés de la población. Por tanto, una incidencia política eficaz puede impulsar el cambio a mejor. Desgraciadamente, muchos políticos sólo se ocupan de los objetivos a corto plazo e ignoran el marco global de los problemas.

3. ¿En qué se diferencia de la presión política o lobbying?

Las expresiones incidencia política y presión política o lobbying se utilizan a veces indistintamente. De hecho, el lobbying es una de las formas de la incidencia política. El lobbying es una actividad llevada a cabo por profesionales -los grupos de presión- que intentan persuadir a los políticos para que apoyen su causa y configuren las leyes de forma que se adapten a sus intereses.

La palabra lobby deriva de la práctica de reunirse con los legisladores en el vestíbulo (lobby en inglés) de un edificio frecuentado por éstos, como la cámara alta o baja de representantes.

A diferencia de la incidencia política, conlleva una connotación bastante negativa. Cuando se habla de los grupos de presión, se suele aludir a las personas que trabajan en grandes empresas, que se reúnen con los cargos electos o sus asesores para convencerles, por ejemplo, de que voten una determinada ley o tergiversen ciertas cuestiones. A menudo es a costa del interés público. Y en efecto, las grandes empresas, desde la industria del automóvil hasta las grandes compañías tecnológicas, gastan millones cada año en grupos de presión.

Muchas personas consideran que los grupos de presión perpetúan las desigualdades sociales: los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. Los más ricos pueden utilizar su influencia para impulsar su agenda por medio de los funcionarios públicos. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los grupos de presión son un factor decisivo en la disminución de la confianza en los gobiernos.


Uno de los principales quebraderos de cabeza es la llamada práctica de la puerta giratoria, -cuando un funcionario pasa al sector privado y viceversa-, que puede dar lugar al uso indebido de información privilegiada o a la transgresión de las normas sobre conflicto de intereses. Un caso destacado es el del ex presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que, al terminar su mandato, aceptó un puesto en el banco de inversiones Goldman Sachs. Desde entonces, la UE ha endurecido las disposiciones para evitar las contrataciones de puerta giratoria y ha aumentado el escrutinio público.

En consecuencia, los grupos de presión se han ganado, lógicamente, una mala reputación. Afortunadamente, cada vez más gobiernos están incorporando normas sobre los grupos de presión para mejorar la transparencia y recuperar la confianza de los ciudadanos. En Alemania, por ejemplo, el 1 de enero de 2022 entró en vigor un nuevo registro obligatorio de lobbies.

Además, la ciudadanía también puede presionar a los legisladores por una buena causa. Reunirse con los políticos no es en sí algo malo. Es importante que los funcionarios públicos se vean expuestos a diferentes puntos de vista y opiniones para comprender la situación en su conjunto, antes de tomar una decisión.

Los responsables de la incidencia política también llevan a cabo una labor de lobby. Ejercen presión para que se produzcan cambios y piden a los políticos que apoyen su causa. Para muchos, la presión política es una parte importante de su trabajo.

4. ¿Qué tipos de incidencia política existen?

Como ya se ha mencionado, la incidencia política abarca una gran variedad de actividades, siendo la presión política sólo una de ellas.

Investigación

Las personas que defienden una causa y quieren persuadir a los políticos para que cambien o creen nuevas leyes deben aportar argumentos convincentes, respaldados por una investigación adecuada. Para convencer a los legisladores de que adopten determinadas medidas, hay que tener alguna prueba de que las soluciones que se proponen supondrán un cambio positivo.

Se puede llevar a cabo diferentes tipos de investigación, dependiendo de lo que los defensores quieran conseguir. El objetivo puede ser encontrar información que aporte más contenido y credibilidad a sus argumentos. En este caso, realizar una investigación original o recurrir a un experto puede ser el enfoque adecuado.

Si el objetivo es elaborar formas alternativas de abordar la cuestión, los investigadores pueden probar diferentes programas para ver cuál da frutos. Por ejemplo, añadir productos más saludables en los menús escolares y en las máquinas expendedoras de las escuelas, puede tener un efecto positivo en la obesidad infantil. Los resultados de la investigación pueden compartirse con los directores de las escuelas y los servicios de salud.

Educación de la ciudadanía

La educación y la sensibilización son elementos importantes de la labor de incidencia política. Es más probable que la ciudadanía tome decisiones en su propio interés, como apoyar a un determinado candidato a un cargo o votar a favor de una ley en referéndum, si previamente ha adquirido los conocimientos pertinentes.

Además, muchos problemas pasan desapercibidos, en particular los que sufren los grupos minoritarios. Los seres humanos solemos estar ciegos ante cuestiones que no nos afectan. ¿Cómo puede la mayoría de la población enterarse de la lucha diaria en que viven los grupos minoritarios, si nadie habla de ello?

Los responsables de la incidencia política pueden escribir artículos y textos de opinión en los medios de comunicación sobre la causa que defienden y mantener a la ciudadanía al día sobre un proceso legislativo.

Informar de sus derechos a la gente

El derecho no se enseña en la escuela y pocas personas son juristas. No es de extrañar que muchas personas no conozcan sus derechos. Esto es lamentable, dada la importancia que este conocimiento puede tener en algunas situaciones. Conocer tus derechos cuando tratas con la policía puede ahorrarte muchos problemas.

Existen muchas organizaciones especializadas en ayudar a las personas a conocer sus derechos. En la UE, por ejemplo, la Unión Húngara de Libertades Civiles (HCLU) instruye a los ciudadanos sobre sus derechos y libertades fundamentales y se posiciona contra el abuso de poder de las autoridades públicas. En Estados Unidos, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) elaboró material educativo sobre los derechos de los inmigrantes, los manifestantes, los estudiantes y los fotógrafos, y sobre los derechos de la ciudadanía cuando se encuentra ante las fuerzas del orden.

Conocer los derechos de uno es una condición previa para poder defenderse y hablar por sí mismo, lo que constituye otro tipo de defensa: la autodefensa.


Movilizar a la gente

Una de las formas más eficaces de incidencia política son las campañas que inspiran a la gente a movilizarse y pasar a la acción. Los activistas, las organizaciones de base y los grupos de campaña que quieren desencadenar el cambio pueden emplear diferentes tácticas: escribir cartas a los funcionarios públicos, realizar peticiones, organizar manifestaciones y boicots, o utilizar las redes sociales para la incidencia política digital. Para convencer al público de que envíe cartas, firme peticiones, se sume a manifestaciones o le guste y comparta la campaña en las redes sociales, los defensores deben apelar a las emociones de la ciudadanía, ser creativos y persuadir a la población de que el cambio es posible. Para llegar a su público, pueden utilizar los medios de comunicación tradicionales y en línea, anuncios, folletos o vallas publicitarias.

Los tipos de incidencia política enumerados anteriormente proporcionan una buena plataforma para movilizar a la gente. La investigación proporciona a los responsables de la incidencia política la experiencia necesaria para dar credibilidad a su campaña. El trabajo de educación ciudadana forma a la población sobre los problemas de la sociedad. Ayudar a la gente a conocer sus derechos despierta al activista que llevan dentro.

La incidencia política a nivel comunitario

La incidencia política no tiene que desarrollarse necesariamente a gran escala. El caso de los progenitores que solicitan a los directores de las escuelas que mejoren el valor nutricional de los alimentos y las bebidas en los menús escolares y en las máquinas expendedoras para reducir la obesidad infantil es un ejemplo típico de incidencia política a nivel comunitario.

Aunque la dimensión de la labor de incidencia política a nivel comunitario es menor, la idea es la misma. Los defensores deben desarrollar argumentos fundamentados en la investigación y los hechos, deben inspirar y movilizar a suficientes personas que respalden su causa y deben hablar con las personas que pueden tomar las decisiones.

Litigios o denuncias judiciales

El litigio, o la incidencia política judicial, es otra herramienta clave que las organizaciones de derechos civiles y los abogados de derechos humanos pueden utilizar para promover el cambio social. Pueden presentar denuncias ante las autoridades competentes cuando detecten lagunas en las leyes vigentes, vulneraciones de los derechos de la ciudadanía o abusos sistémicos. En una sociedad democrática, la autoridad tiene que investigar el caso y puede dar lugar a que los legisladores tomen medidas para reformar la ley.

¿Cómo puedes participar en la incidencia política?

Si te interesa un tema concreto de nuestra sociedad, si te apasiona una causa y ya no puedes quedarte de brazos cruzados, puedes plantearte la posibilidad de convertirte en un defensor activo.

Una forma de hacerlo es ofrecer parte de tu tiempo como voluntario en una organización que ya esté trabajando en el tema que te apasiona. Puedes, por ejemplo, distribuir folletos que conciencien sobre tu causa o participar en un acto de recaudación de fondos.

En caso de que nadie se ocupe del tema, podrías decidir crear tu propia iniciativa de base y organizar una campaña. Este tipo de implicación cívica requiere mucho más tiempo, pero es esencial para que la democracia siga funcionando.

Si tienes menos tiempo, puedes apoyar a otros activistas y militantes firmando sus peticiones y cartas abiertas. Puedes compartir sus campañas en las redes sociales, hacer donaciones en línea y protestar con ellos en las calles.

Como mínimo, deberíamos ser capaces de hablar en nuestro nombre y en el de quienes nos rodean, en particular de aquellos que carecen de recursos, conexiones e influencia para defenderse. Alzar la voz y luchar por nuestros derechos y los de nuestros conciudadanos es el primer paso hacia una sociedad mejor.


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