Una niña de Londres, de 14 años de edad, que quería conservar su cuerpo por si pudiera curarse en un futuro, ha ganado una batalla legal histórica poco antes de morir. La niña tenía un cáncer terminal y quería ser conservada mediante criogenización pero solo su madre apoyaba la idea. Buscó el apoyo del tribunal para que permitiera a su madre, y no a su padre, decidir qué pasaría con su cuerpo. Le escribió al juez que quería "vivir más tiempo" y que no quería que "se le enterrara bajo tierra".