Con motivo del Día Internacional de los Derechos Humanos, la Liga Belga de Derechos Humanos (LDH) organizó la décima edición del Premio Régine Orfinger-Karlin.
Cada año desde 1996, este premio ha sido otorgado a personas u organizaciones que trabajan dando protección y apoyo a grupos vulnerables y cuya magnífica labor subraya la necesidad de combatir las violaciones de los derechos humanos.
La LDH se compromete a proporcionar al ganador una cantidad significativa de dinero para financiar una iniciativa o proyecto que haya empezado al menos dos años antes de la ceremonia de entrega de premios.
Este año hubo cuatro candidatos finalistas de los veinte preseleccionados inicialmente, la Academia de Boxeo de Bruselas, la asociación Genres Pluriel (Género Plural), la Plateforme Citoyenne de Soutien aux Réfugiés(Plataforma Ciudadana de Apoyo a los Refugiados), y la Union des progressistes Juifs de Belgique (Unión de Judíos Progresistas de Bélgica).
Un antídoto contra la radicalización
La LDH otorgó el premio 2016 a la Academia de Boxeo de Bruselas (BBA), un club de boxeo cuyo objetivo es apoyar a los jóvenes de los barrios pobres para fomentarles su autoestima e independencia. De este forma, el club actúa como un antídoto contra el radicalismo y promueve que los jóvenes participen colectivamente en una actividad deportiva que genera lazos sociales y autoestima.
En un momento en el que las medidas gubernamentales para combatir el radicalismo y el terrorismo se centran fundamentalmente, si no exclusivamente, en cuestiones de seguridad, BBA se centra sin embargo en los problemas de los jóvenes e "invierte" en la juventud para aumentar, a través del deporte, su "capital de autoestima" y emancipación.
El trabajo social de BBA participa modestamente, pero de una forma altamente simbólica, del trabajo preventivo que fue abandonado por el gobierno en su lucha contra el radicalismo.
Para saber más de los otros nominados, pincha en el informe de la presentación.
Sobre Régine Orfinger-Karlin
Régine Orfinger-Karlin nació en la década de 1910. Fue la segunda mujer en la historia que formó parte del colegio de abogados de la ciudad de Anvers, en Bélgica. Como era judía, fue la expulsaron antes de la Segunda Guerra Mundial. Después de que denunciaran y ejecutaran a su marido, se unió a la resistencia. Tras la guerra, contribuyó al restablecimiento de la Liga Belga de Derechos Humanos.
La LDH quiso rendir homenaje a esta figura emblemática de la resistencia, que también fue una luchadora feminista y anti-racista, y dar su nombre a un premio que reconoce a un individuo (u organización) que se haya distingido por su defensa de los derechos humano.
