El domingo se celebró en Hungría un referéndum sobre las cuotas de acogida de refugiados de la UE. Pese a la baja participación (un 43% que no llegó al 50% requerido para que sea válido), el primer ministro Orbán lo calificó de victoria, pues el 98% rechazaron las cuotas. Lo que no revela la declaración oficial es la indignación pública que suscitó la campaña xenófoba. Varios partidos, organizaciones y figuras públicas hicieron un llamamiento a rechazar el marco altamente populista y no votar. Según el polémico plan de la UE de reubicar a 160,000 migrantes, Hungría debería acoger a 1,294.