1.5 millones de personas en la República Checa viven en malas condiciones de vivienda. 250.000 son niños.
Los niños a menudo acaban viviendo en instituciones a raíz de que sus padres se queden en la calle. De los 1.5 millones de personas que viven en viviendas deficientes en la República Checa, aproximadamente un cuarto de millón son niños.
La mitad del número total de los residentes en instituciones llegaron a las mismas cuando sus padres se quedaron sin hogar. Cuando salen de los centros, ya de adultos, a menudo acaban en la calle, sin hogar ellos también.
Intentan quedarse con amigos o en albergues. Incluso cuando consiguen un empleo, muchas ciudades no tienen una oferta de vivienda social de ningún tipo, y muchos terminan de nuevo sin hogar y en la calle.
Una espiral de indigencia
"Hasta la mitad de los niños que crecen en instituciones, están allí debido a la falta de vivienda. Según el grupo de investigación de mercado IPSOS, el 93% de las personas que viven en hogares infantiles están muy preocupadas de no encontrar un lugar para vivir cuando salgan. El empleo es secundario. Esos niños simplemente no tienen dónde ir", afirma Michael Dorda del Consejo de Gobierno para los Derechos del Niño.
"Es una espiral", dijo Dorda. "Yo crecí en un orfanato. Mis padres también. Incluso otros parientes y sus hijos también acabaron en centros de acogida infantiles. Cuando los niños crecen de esta manera, no tienen vínculos. No tienen la seguridad de que son capaces de garantizar nada a sus hijos, como demuestran las estadísticas de los orfanatos".
Vivienda social asequible
El problema, según los expertos, se podría resolver con vivienda social, que existieran pisos asequibles, en las comunidades locales, a disposición de niños que cumplen la edad de salir de los centros de acogida, de ancianos, de madres con niños y de personas que viven en la calle.
El Gobierno checo ya ha preparado una ley de vivienda social, que se abre para el debate de este mes. Si todo va bien, podría entrar en vigor a mediados de 2017.