La nueva ley de ciudadanía está paralizada en el Senado italiano desde octubre de 2015, pero las protestas de asociaciones y sindicatos continúan. La ley, aprobada en el Parlamento hace 15 meses, favorece una solución de jus solis suave. Con la dimisión de Renzi y las elecciones anticipadas en junio, la ley podría acabar en un cajón. Por ello, L'Italia Sono Anch'io e Italiani senza cittadinanza están convocando protestas todos los martes de febrero en Milán y Roma para subrayar la necesidad de reconocer a los "italianos invisibles" y concederles la igualdad de derechos.