Italia ha sido el último país occidental que ha aprobado las uniones civiles entre parejas homosexuales en Europa. El proyecto de ley en sí no da derechos de adopción a las personas LGTBI y carece de otras claúsulas fundamentales, pero es un paso gigante hacia la igualdad. Cuando por fin se ha hecho ley, la iglesia católica no ha esperado para atacar la decisión gubernamental. Muchos de sus líderes han expresado supone un fracaso y un empobrecimiento de la vida democrática y de la sociedad. El Papa sin embargo no ha abordado directamente este asunto entre la iglesia y la comunidad LGTBI.