El aborto es legal en Italia desde 1978, pero con la oposición de muchos médicos (una estimación del 70%, que puede alcanzar el 90% en algunas regiones), que se niegan a realizarlos por razones religiosas, por lo que a las mujeres les cuesta mucho encontrar ayuda médica. El Consejo de Europa, en un caso derivado de una denuncia del sindicato mayoritario CGIL, ha afirmado queItalia está violando el derecho a la salud de la mujer, y que los médicos que no son objetores de conciencia en cuestión de aborto, enfrentan discriminación y "varios tipos de desventajas laborales directas e indirectas".