Una jurista extranjera en Países Bajos lleva más de un año sufriendo amenazas muy graves. Las amenazas de muerte están relacionadas con su trabajo para la Corte Penal Internacional de La Haya. La jurista proporciona material para una investigación previa al juicio que el tribunal está llevando actualmente sobre posibles crímenes de guerra de Israel en Palestina. Nada Kiswanson, la jurista jordano sueca habló de las amenazas al NRC, un periódico neerlandés.
Es la primera vez que una activista de derechos humanos que trabaja para la Corte Penal Internacional recibe amenazas en los Países Bajos.
Nada Kiswanson trabaja para Al Haq, la contraparte palestina de NJCM dentro de la Comisión Internacional de Juristas (ICJ), que ya se ha enfrentado a amenazas en otras ocasiones. La NJCM está conmocionada por las amenazas que han recibido Al Haq y Kiswanson en Países Bajos.
La protección de los defensores de derechos humanos es una parte importante de la política exterior de Países Bajos y por la que recibe reconocimiento internacional. Ahora parece que los defensores de derechos humanos no están seguros ni siquiera en el país, por lo que es necesario adoptar nuevas medidas necesarias. Existen directrices europeas e internacionales que el Estado debe implementar cuanto antes.
El gobierno neerlandés debe hacer más
La historia de Kiswanson muestra que el gobierno no está debidamente preparado para las necesidades de defensores de derechos humanos que sufran intimidación y amenazas en Países Bajos. La persona amenazada debería saber, por ejemplo, a quién acudir para denunciar las amenazas y recibir protección; la policía debe estar preparada específicamente para este tipo de cuestiones; las amenazas deberían documentarse profesionalmente; y la persona amenazada debería poder disponer de un espacio de trabajo seguro.
NJCM trabaja con Breed Mensenrechten Overleg (una asociación de organizaciones de derechos humanos establecidas en Países Bajos) para poder ofrecer una protección mejor a los defensores de los derechos humanos.