El 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano, se presentó el informe anual de la Asociación 21 Luglio sobre la situación del pueblo romaní y sinti en Italia en el año 2015, que constata que Italia sigue gestionando de la peor manera posible las cuestiones que tiene que ver con el pueblo gitano.
La construcción de campamentos segregados, que refuerza la discriminación de las personas romanís, continúa; al mismo tiempo, cada vez se realizan más desalojos forzados de campamentos romanís por parte de las autoridades italianas. Todas estas prácticas son una muestra de que Italia mantiene un ambiente de hostilidad e intolerancia hacia las comunidades romanís y sinti.
Vivienda y marginación
En Italia viven más de 180.000 personas romanís y sinti, de las cuales 35.000 viven en centros de acogida de emergencia y casi 20.000 en asentamientos designados y gestionados por municipios italianos. Estas cifras ponen en evidencia la marginación que existe y la violación de los derechos humanos cometida por las autoridades italianas a pesar de los objetivos del Plan Nacional para la Inclusión de la Población Romaní.
Llamadas de atención internacionales exigiendo cambios
Muchos organismos internacionales -incluida la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia y el Comité por los derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas- han hecho recomendaciones a Italia sobre cuestiones graves de discriminación, incidentes motivados por el odio y políticas racistas que continúan en el país.
Incluso el comisario de derechos humanos del Consejo de Europa, Nils Muižnieks, expresó su preocupación sobre el tratamiento discriminatorio y la exclusión contínua hacia las personas romanís.
Un problema político
Uno de los obstáculos principales para la eficacia de las políticas de inclusión de las personas romanís y sinti se encuentra en el terreno político. El clima de hostilidad e intolerancia se nutre de estereotipos, de prejuicios extendidos que se van inflamando cada vez más con los discursos de odio de representantes políticos e institucionales.
Es importante que Italia elija representantes que sean capaces de mejorar estas cuestiones, que se tomen en serio el Plan Nacional y consigan cambiar la opinión pública.