Una niña de diez años estaba lista para recibir su primera comunión pero la iglesia, en Messina, no se lo ha permitido a causa de su autismo. El cura ha insistido en que el motivo de su negativa a celebrar la ceremonia se debe a que la niña no está preparada para participar en esta tradición católica porque no es capaz de entender el significado de la misma. Este caso no es excepcional en Italia; al contrario, se trata de una práctica bastante rutinaria por parte de la Iglesia católica y muestra la ignorancia, intolerancia y discriminación de esta institución hacia las personas autistas.