Tecnología y Derechos

Hungría se enfrenta a una epidemia de VIH entre usuarios de drogas

Mientras los vecinos de Hungría luchan contra brotes de VIH entre usuarios de drogas inyectadas, el gobierno adopta políticas y actitudes que amenazan con agravar la situación, no mejorarla.

by Hungarian Civil Liberties Union

A diferencia de Rusia o Ucrania, donde las epidemias del VIH han sido impulsadas en gran medida por las políticas que presionan a usuarios de drogas a compartir material de inyección, el VIH llegó a ser prácticamente inexistente entre usuarios de drogas inyectadas en Hungría en las últimas dos décadas. Esta situación está empezando a cambiar, y Hungría puede que siga a Grecia y Rumania, donde se han dado importantes brotes de VIH entre usuarios de drogas en los últimos años. El Centro Húngaro para la Epidemiología confirma que hay una alza en los números de transmisiones de VIH registradas este año. Tenemos buenas razones para creer que una importante epidemia de VIH es inevitable si el gobierno no toma medidas inmediatas para intensificar los programas de reducción de daños. Desafortunadamente, no hay voluntad política para hacerlo; por lo contrario, el programa más importante que proporcionaba jeringas y agujas estériles y seguras, ha anunciado que pronto cerrará debido a su desesperada situación financiera y los ataques políticos orquestados por el alcalde local.

Este programa de jeringa y aguja ha sido operada por la Consejería Blue Point para las drogas y la ONG Centro Ambulatorio en el distrito 8 º de Budapest desde 2006. Este barrio tiene la mayor concentración de usuarios de drogas en el país - la mayoría de ellos desempleados, personas sin hogar y que se enfrentan a una discriminación sistemática como miembros de la comunidad romaní. El uso de drogas inyectadas aumenta en Hungría, y el número de acudientes al Punto Azul aumentó 80 por ciento solo en el 2011. El programa atiende a casi 3.000 clientes y proporciona casi el 40 por ciento de todas las agujas estériles distribuidas entre usuarios de drogas en Hungría.

El VIH es solo una de las preocupaciones en el Punto Azul. La prevalencia de hepatitis C siempre ha sido muy alta entre sus acudientes, infectando a más del 70 por ciento. Apodado al "asesino silencioso" por epidemiólogos, hepatitis C no es tan interesante para el público como VIH (aunque es igual de peligroso), por lo cual suele ser ignorado por quienes crean políticas. Este descuido, cambios recientes en el mercado y la obstaculización por parte del gobierno y sus políticas de droga a al cambio de la agujas se han unido para fomentar un ambiente propenso para un rápido y extenso brote de VIH entre usuarios de drogas húngaros.

Drugreporter ha advertido al gobierno y al público desde hace varios años sobre el peligro de infecciones transmitidas por la sangre. A partir del 2009, fuimos testigos de un aumento sin precedentes en el uso de la inyección para "drogas legales" (sustancias parecidas a la mefedrona) entre usuarios de drogas marginados en Budapest. Estas nuevas sustancias psicoactivas son inyectadas con mucha más frecuencia que opiatos - hasta 10 a 15 veces al día. Esto ha llevado a una creciente demanda de agujas y jeringas estériles. Desafortunadamente, esta creciente demanda coincide con un suministro inadecuado. A pesar de que existió un breve período de expansión en la década del 2000, la disponibilidad y accesibilidad de los servicios de reducción de daño se ha mantenido muy baja, y la situación se deterioró durante el primer mandato del gobierno de Orban.

Mientras que Estados Unidos y muchos otros países contemplan la reforma política de drogas, Hungría ha declarado una nueva guerra contra las drogas. El código penal fue modificado en julio pasado para prever mayores castigos por la simple posesión de drogas ilícitas. La nueva estrategia nacional de lucha contra las drogas, adoptada el año pasado, subordina la reducción de daños a las opciones de tratamiento de abstinencia y nada más y pretende crear una Hungría libre de drogas para el año 2020 (se rumorea que fue el propio primer ministro quién insistió en la inclusión de este objetivo poco realista).

Debido a recortes presupuestarios dramáticos en 2012, Punto Azul, al igual que otros programas de intercambio de agujas, tuvo que despedir a miembros del personal y reducir las horas de apertura y las disposición de agujas. Además, el alcalde y su equipo acusaron el programa de "atraer a usuarios de drogas en el distrito" y les acuso de ensuciar las calles con los desperdicios del consumo de droga. El contrato entre la ONG y el Consejo del Distrito concluyó en noviembre del 2013, y fueron excluidos del Comité de Coordinación local para la Droga. En enero, los políticos locales organizaron una protesta para cerrar el programa.

Punto azul anunció en junio que, debido al clima político hostil y falta de recursos financieros, tendrían que cerrar el programa en septiembre, a menos de que el gobierno nacional proporcionó una subvención de emergencia. El Ministerio de recursos humanos rechazó su apelación, diciendo que no tienen fondos extrapresupuestarios para un programa de intercambio de agujas. Las ONG les parece débil el argumento de que no se encuentren "sin dinero". Ellos señalan que el año pasado el gobierno dio 13.000.000 florines (55.000 USD) al alcalde del distrito VIII como parte de la lucha contra la basura creada por las droga en las calles – ¿por qué es imposible reunir la misma cantidad para el intercambio de agujas? Por no mencionar los miles de millones de florines que el gobierno gasta en arrestar y procesar drogas

Punto Azul sostiene que el presupuesto anual requerido para operar su programa de intercambio de agujas al nivel actual es aproximadamente de 135.000 USD. El tratamiento médico para pacientes con VIH o hepatitis C puede costar miles de dólares al año – además existe la posibilidad de muerte – así que si se evita el intercambio de agujas en unos pocos casos ya se ha cubierto sus costos. Si el gobierno es incapaz de ver que la reducción de daños es una buena inversión para toda la sociedad, son los contribuyentes que tendrán que pagar el precio.

El cierre del programa de jeringa y una aguja de Punto Azul puede tener graves consecuencias para otros proveedores de servicios como: programas más pequeños serán incapaces de hacer frente a miles de nuevos clientes procedentes del Distrito 8, creando la posibilidad de que se colapse todo el sistema. Lo único que se podrá obtener con esta miopía política es una epidemia de VIH.

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