Más de 1.200 policías han comenzado una operación para desalojar el campamento de migrantes en Calais, donde viven unas 7.000 personas. Existe la preocupación de que algunas se negarán a salir, pues su objetivo es llegar a Gran Bretaña, y ya hubo algunos enfrentamientos durante el fin de semana, pero esta mañana los habitantes del campamento hicieron cola de forma tranquila para registrarse y subirse a autobuses que los llevarán a centros de refugiados en toda Francia. La demolición del campamento está prevista que comience el martes.