El Tribunal Constitucional checo ha dictaminado que no se multará a los progenitores cuya conciencia no les permite vacunar a sus hijos. Hasta ahora, dicha exención solo se concedía en casos de conflicto religioso con el programa de vacunación obligatoria del gobierno. El tribunal exigirá que se demuestre de manera coherente y convincente la objeción al programa de vacunación, así como los motivos sociales y familiares para una objeción de conciencia laica, por ejemplo: que un hermano mayor haya experimentado reacciones adversas o que exista una historia clínica familiar.