Tecnología y Derechos

Es hora de que el Consejo de Europa se quite las anteojeras sobre Azerbaiyán

El reciente referéndum constitucional es una capítulo más de la sórdida historia del Consejo de Europa y Azerbaiyán.

by Civil Rights Defenders
Khadiya Ismayilova, una de las muchas periodistas y defensoras de los derechos humanos que fue detenida por cargos prefabricados por el régimen de Aliyev. Ismayilova fue liberada gracias a la presión internacional en mayo de 2016. (Foto: Johangir Yusif)

Las elecciones en Azerbaiyán nunca se han puesto en cuestión, tampoco el referéndum constitucional del 26 de septiembre, que fue descrito por un activista importante como un "asalto frontal total a la democracia".

Los múltiples cambios a la constitución han servido en gran medida para afianzar todavía más el férreo control del poder del presidente Ilham Aliyev. Cambios que han allanado el terreno para que su joven hijo siga los pasos de su padre y para dotar al gobierno de un marco legal que facilite la represión de los activistas y de los pocos medios de comunicación libres que quedan, es decir, de los pocos periodistas que no cooperan con el gobierno y que no languidecen en la carcel.

Sin base real

Organizaciones locales e internacionales de derechos humanos denunciaron el ambiente previo al referéndum, en el que se impidió que los partidos de la oposición hicieran campaña, se acosó y detuvo a activistas y periodistas y era imposible saber qué realmente se sometía a votación, si no hubiera sido por unos pocos medios independientes en línea.

Nada de esto pareció preocupar a la misión de observación PACE, que no observó ningún elemento que mereciera su crítica:

"El proceso de votación fue transparente, bien organizado, eficiente y pacífico durante toda la jornada de votación, y no se observó ninguna violación grave durante el proceso de recuento, por eso respetamos la voluntad del pueblo de Azerbaiyán".

La declaración también señalaba que "en la campaña del referéndum ambos lados, partidarios y opositores, pudieron presentar su opinión", una afirmación que, según señaló inmediatamente la oposición no tenía absolutamente ninguna base real.

 Approximately 200 protesters were arrested in rallies ahead of the constitutional referendum. (Image: Freedom House)

Los grupos de la oposición que intentaron cumplir los arduos requisitos para poder hacer campaña públicamente sufrieron un acoso sin precedentes y se vieron técnicamente obligados a retirar su solicitud. Cerca de 200 manifestantes fueron detenidos en las dos manifestaciones que el régimen totalitario finalmente decidió sancionar.

Pucherazo

PACE no encontró ninguna irregularidad, sin embargo, los dos principales medios de comunicación independientes, Meydan TV y Azadliq Radiosu, estuvieron publicando videos y fotos durante toda la jornada del referéndum sobre los pucherazos y el fraude electoral. Mientras la comisión electoral informaba sobre "la participación masiva", las cámaras no oficiales en los centros de votación captaban por streaming en directo centros de votación vacíos y funcionarios electorales solitarios.

El referéndum es un capítulo más de la sórdida historia del Consejo de Europa y Azerbaiyán. En 2013, la delegación de PACE tampoco logró encontrar ningún problema en el proceso electoral, a pesar de que la aplicación para móviles del gobierno publicó los resultados incluso antes de los votantes acudieran a las urnas.

Dos años más tarde, cuando otros organismos de observación se retiraron después de que Bakú impusiera unas condiciones que hacían imposible una observación creíble de las elecciones, PACE no se inmutó y alabó de nuevo la buena fe democrática de Azerbaiyán.

Azerbaiyán incluso presidió el Consejo de Europa en 2014, lo que pone todavía más en cuestión la credibilidad de la organización.
El Consejo de Europa supuestamente es un club de países democráticos, pero las autoridades de Azerbaiyán han mostrado poco interés en que su país lo sea. Hace años, esto suponía un problema para al menos algunos miembros del Consejo de Europa -hace una década, el Consejo contempló suspender el derecho de voto de Azerbaiyán- pero parece que sus miembros han decidido pretender que ahora es una democracia y confiar en la suerte. Para más inri, en 2014 se le concedió la presidencia del Consejo, considerado frecuentemente como "el máximo órgano de derechos humanos de Europa", lo que pone seriamente en tela de juicio la credibilidad de esta institución.

Un organismo comprado

Muchos se preguntan cómo es posible que a un organismo cuya única misión es promover los derechos humanos y el Estado de derecho, le parezca tan molesto cumplir precisamente eso. En Caviar Diplomacy, un análisis profundo y crítico de la relación de Azerbaiyán con el Consejo realizado por European Stability Initiative (ESI), los autores sostienen que Bakú más o menos ha comprado la sumisión del Consejo.

Muchos diputados viajan a Azerbaiyán con regularidad, invitados por el gobierno que además les paga generosamente. En un año normal, por lo menos 30 o 40 viajan al país, algunos varias veces. Se les invita a conferencias, eventos, a veces incluso a unas vacaciones de verano. Estas son vacaciones de verdad, agasajadas con múltiples regalos caros, como alfombras de seda, artículos de oro y plata, bebida, caviar y dinero. En Bakú, un regalo habitual es 2 kilos de caviar.

Los miembros de PACE tienen la obligación de declarar los regalos que superen un valor de 200 euros, pero no existe una base de datos pública de las declaraciones, y los estatutos de PACE no indican expresamente la pena por incumplimiento. Hemos pedido las declaraciones de todos los miembros de la misión de observación, y actualizaremos esta noticia cuando obtengamos una respuesta.

Mientras la comisión electoral informaba sobre "la participación masiva", las cámaras no oficiales en los centros de votación captaban por streaming en directo centros de votación vacíos y funcionarios electorales solitarios. (Imagen: Matthias Catón)

En ese acuerdo bizantino que son las instituciones paneuropeas, el Consejo de Europa a menudo pasa desapercibido. Esta relativa oscuridad en teoría podría facilitar que sus miembros adoptaran posiciones valientes, que sin embargo son difíciles de tomar por los políticos nacionales. También les da la libertad de hacer caso omiso de su mandato y utilizar su puesto para encubrir dictaduras y violaciones de los derechos humanos.

Algunos, como el presidente de ESI Gerald Knaus, sostienen que el Consejo de Europa es contraproducente y actualmente sirve para degradar, en lugar de defender, los derechos humanos en los Estado miembros. No debería ser así, pero la reciente incapacidad de la misión de observación de encontrar ningún elemento insatisfactorio en el farso referéndum no inspira ninguna confianza sobre el futuro de PACE.


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