El parlamento checo no ha aprobado una propuesta para permitir las asambleas públicas espontáneas. Es más, tampoco ampliará la lista de quienes sí pueden anunciar un asamblea pública y ha otorgado el derecho de disolver una asamblea de este tipo, además de a las autoridades responsables, a la policía. El gobierno ha querido legalizar estas manifestaciones y que no comportaran un riesgo a las represalias cuando se trata de respuestas inmediatas a un acontecimiento inesperado, como la muerte de una celebridad o un ataque terrorista, pero el parlamento no lo ha aprobado por temor a que se abuse.