La UPR sobre Estonia, que recoge recomendaciones importantes para abordar las cuestiones de derechos humanos pendientes, ha sido formalmente adoptada por el Consejo de DD. HH. de la ONU. Estonia ha dado pasos en muchas áreas, particularmente la de niños apátridas, pero hay mucho por hacer. Los residentes apátridas no gozan aún de plenos derechos, en particular los de voto y acceso al empleo. También se han tomado medidas positivas para garantizar la igualdad de derechos de las personas LGBT, especialmente a través de la ley de Convivencia de 2014, pero su aplicación ha sido muy lenta.