Un ciudadano checo que sufre de esclerosis múltiple quiso construir una plataforma para la silla de ruedas en un edificio de apartamentos, corriendo él con todos los gastos. Los vecinos se negaron, y el hombre tuvo que dejar el apartamento.
Necesito un ascensor
El diseñador gráfico Viktor Chaloupka empezó perdiendo la visión de un ojo, y poco a poco fue desarrollando problemas de fatiga y movilidad.
Ahora le cuesta moverse desde el salón a la cocina. Subir las escaleras hasta el tercer piso le supone unos cuantos minutos. Cada vez más, se ve confinado a su silla de ruedas.
Para ayudarle a subir y bajar de su casa, Chaloupka quería un elevador de silla de ruedas construido a lo largo de la escalera central del edificio, haciéndose cargo él de todos los gastos.
Antes, sin embargo, necesitaba el permiso de la mayoría de los demás propietarios del edificio donde vive. Seis de sus doce vecinos votaron en contra de su propuesta.
Ninguna ayuda
En este caso, la República Checa no ofreció ninguna ayuda defendiendo los derechos de una persona con discapacidad, aunque las personas con problemas similares pueden buscar la ayuda del Consejo Nacional Checo para la Discapacidad.
Pero en este caso la ayuda no llegó, y las esperanzas de Chaloupka quedaron a merced de la voluntad de sus vecinos.
"La gente debe darse cuenta de que mañana puede encontrarse en esta situación", dijo Radim Kozlovsky, del consejo regional de Moravia-Silesia para personas con discapacidad, al enterarse de la decisión contraria a Chaloupka.
Tras dos años de lucha por el elevador, Viktor Chaloupka y su familia decidieron finalmente mudarse a una casa con ascensor.