Según las las enmiendas propuestas a la Ley de extranjería, si una persona ofrece transporte o alojamiento a un extraño en apuros, por ejemplo, a un hombre en situación irregular, podría ser sancionado. Las organizaciones que ayudan a los refugiados temen que la solidaridad se penalice, señalan que las leyes deberían prevenir la xenofobia y el racismo, no alentarlo. Hasta ahora, no estaba permitido ayudar a extranjeros a cruzar ilegalmente la frontera, ni en su estancia y transporte, pero ahora se ha añadido a las prohibiciones el "intento de ayuda", que puede interpretarse de distintos modos.