Observatorio de la UE

HFHR ayuda a una reclusa de 80 años en un caso del TEDH

La población reclusa está envejeciendo pero las instalaciones y la asistencia no se están adaptando al cambio. HFHR ha presentado un amicus curiae al TEDH por el caso de una mujer de 80 años que ha denunciado vulneración de sus derechos.

by Polish Helsinki Foundation for Human Rights

Una mujer de 80 años en prisión preventiva durante dos años

La Fundación Helsinki para los Derechos Humanos (HFHR por sus siglas en inglés) ha presentado un amicus curiae al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre un caso de una mujer de 80 años que estuvo en prisión preventiva durante casi dos años. La mujer denunció que su detención, que tuvo lugar en un centro no adaptado a las necesidades de personas de avanzada edad, violó el artículo 3 de la Convención, concretamente la prohibición de la tortura y los tratos inhumanos o degradantes. También sostuvo que el período de su detención fue excesivo, lo que constituye una violación del párrafo 3 del artículo 5 del Convenio Europeo de Derechos Humanos. En el amicus curiae HFHR precisó las características especiales de los presos de edad avanzada como grupo, presentó estadísticas de la población reclusa y se refirió a las recomendaciones nacionales e internacionales.

Según las estadísticas oficiales, en 2018 había 2.934 reclusos mayores de 61 años en cárceles polacas de todo tipo, lo que representa un aumento de 1.431 con respecto a 2008. Además, en 2018, el 4,1% de los reclusos tenían 61 años o más, es decir, 2,34 puntos más que en 2008.

Los presos de avanzada edad tienen muchas necesidades especiales

Las personas de avanzada edad que están encarceladas pueden tener necesidades especiales de salud relacionadas con movilidad reducida, demencia o salud mental, entre otras y a menudo requieren una atención especializada adicional y análisis médicos más frecuentes. Muchas de las limitaciones a las que se enfrentan se deben a que las instituciones en las que se encuentran no tienen una infraestructura adecuada para satisfacer sus necesidades. HFHR recibe quejas sobre la inadecuación de la atención médica y de las condiciones de vida. Igualmente son importantes las intervenciones penitenciarias adecuadas, así como la necesidad de definir las contraindicaciones para imponer sentencias o medidas preventivas a etsas personas.

En su escrito, HFHR sostuvo que el caso es de considerable importancia para Polonia y otros países, pues podría culminar en la elaboración de normas de detención y encarcelamiento para reclusos de avanzada edad. La Fundación llamó la atención sobre las estadísticas demográficas polacas que muestran cómo es la población carcelaria de la última década, y un crecimiento considerable de los grupos de edad de 60+ y 80+. También subrayó que, a pesar de la disminución del número de presos, el número de personas mayores de 60 años en el sistema ha seguido aumentando.

Otros países de la UE muestran que las instalaciones especiales pueden mejorar la vida de los reclusos de edad avanzada

El amicus curiae de HFHR se centró en comparar la legislación polaca sobre detención con las recomendaciones internacionales sobre las condiciones específicas que el Estado debe garantizar a los ciudadanos de edad avanzada recluidos en centros penitenciarios. Presentan ejemplos de políticas penitenciarias para estas personas que se han llevado a cabo en otros lugares de Europa. Por ejemplo, en el sistema penitenciario alemán existen pabellones especiales para reclusos que necesitan tratamiento geriátrico. Grecia ofrece diversos servicios para las personas de edad avanzada, entre ellos un sistema alternativo de cumplimiento de las penas y de cálculo de los períodos de detención. Serbia cuenta con una normativa especial para esta población, que se aplica teniendo debidamente en cuenta su salud, la ubicación del centro de detención, la dieta, las actividades y la asistencia social al salir de la cárcel. En Polonia, sin embargo, no existen normas o directrices específicas que definan las condiciones de detención de las personas mayores de 67 años en cárceles y centros de detención preventiva.

HFHR también señaló que, a la luz de las normas y estándares internacionales (en particular, las desarrolladas como leyes no vinculantes), las personas de avanada edad pertenecen a la categoría de reclusos con necesidades especiales, lo que significa que las autoridades estatales deben tomar medidas de protección adicionales para prevenir cualquier maltrato posible.

La detención preventiva, así como cualquier cuestión relacionada con la detención en su conjunto, siempre ha sido de interés para HFHR. A lo largo de los años, la organización ha adoptado una serie de medidas para vigilar los derechos de las personas privadas de libertad. También ha supervisado la actividad parlamentaria que pueda afecta los derechos de las personas detenidas en procedimientos penales y como resultado de los mismos.

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