El Tribunal de Distrito de Pazardjik ha condenado a Angel Kaleev a una sentencia de 11 meses de cárcel sustituida por un periodo de libertad condicional de tres años, en concordancia con el acuerdo al que han llegado acusación y defensa.

Kaleev fue acusado por la agresión de Mitko Yonkov de 17 años y del pueblo de Ovchepoltsi, en la región de Pazardjik. Yonkov es de origen romaní y fue agredido por su origen étnico. Kaleev grabó la agresión con su teléfono y subió el video a internet.

Antes de la primera audiencia del caso, celebrada el 11 de julio, el tribunal en Pazardjik ordenó tres medidas para proteger a Yonkov, tal y como había solicitado su representante legal del Comité Helsinki de Bulgaria (BHC). Al agresor se le prohibió acercarse a la víctima, ponerse en contacto con él, incluso por teléfono o correo electrónico, y visitar su casa.

Declaración de culpabilidad

Durante la vista celebrada el 11 de julio, Kaleev se declaró culpable de los dos cargos contra él: el uso de la violencia motivada por el origen étnico de la víctima, y las lesiones corporales leves motivadas por xenofobia y gamberrismo.

El juicio inició con la presentación del acuerdo negociado entre las partes, en virtud del cual Kaleev aceptaba cumplir una pena de 11 meses de prisión en virtud del artículo 162 (2) del código penal y otros 4 meses en virtud del artículo 131 (1.12). El Tribunal de Distrito de Pazardjik aprobó el acuerdo y, de conformidad con el artículo 23 (1) del código penal, impuso la condena más grave de las dos: 11 meses sustituidos por un período de prueba de tres años.

Esto significa que Kaleev solo cumplirá una sentencia efectiva si comete otro delito en el período de prueba de 3 años. Además de eso, el tribunal ordenó a la Comisión de Observación del Municipio de Pazardjik que asigne a Kaleev trabajo correccional.

Las autoridades ignoran los delitos racistas

Durante la audiencia, el tribunal rechazó la denuncia civil presentada por la víctima que exige una compensación por los daños resultantes de la agresión. El Tribunal de Distrito de Pazardjik argumentó que si permitía esa acción obstaculizaría el proceso penal.

El BHC seguirá esta reclamación en nombre de Yonkov en un procedimiento separado ante un tribunal civil.

"En Bulgaria, estamos acostumbrados a que las autoridades ignoren los delitos racistas y que se nieguen a reconocerlos como tales, hasta tal punto que incluso el mero hecho de que una acusación por delitos de motivación racial llegue al los tribunales como es el caso, supone ya un gran éxito", afirmó Margarita Ilieva, directora del Programa de Defensa Legal de la BHC.

El racismo de los funcionarios

El Comité Helsinki de Bulgaria señala que los procedimientos previos al juicio en este caso fueron acompañados por una serie de observaciones racistas. El BHC presentó una moción para recusar al perito forense y al policía investigador que asumió en el caso. El forense le dijo a un representante del BHC que asistía a la víctima que el “mango [término peyorativo para referirse a los romanís en Bulgaria] está bien. Mango está muy bien. Le han dado un poquito”.

Más tarde, en presencia de un abogado del BHC y de la madre de la víctima, el policía investigador del caso le preguntó al niño si se identificaba como “ciudadano búlgaro, búlgaro , o 'mango'”.

El Tribunal de Distrito de Pazardjik ignoró ambas solicitudes de recusación.