Toda persona tiene derecho a ser olvidada, pero esto no siempre es respetado en Italia.
"La historia no se puede borrar", es el principio establecido por el garante de protección de datos personales, Antonello Soro, cuando declaró injustificada la solicitud de un antiguo terrorista que quería que los datos que hicieran referencia a su persona fueran borrados de Internet.
El hombre, que terminó de cumplir su condena en 2009, se había dirigido primeramente a Google para pedirle que retirara alguna URL y sugerencias de búsqueda, pero la respuesta que recibió no fue positiva. Presentó entonces una demanda ante la oficina del Garante para la Protección de Datos Personales, con el argumento de que él, como ciudadano libre, resultaba perjudicado por los contenidos de la red.
Perseguido por su pasado
Al negarse a la petición, el Garante para la Protección de Datos Personales arguyó que la información cuyo borrado se solicitaba, y que hacía referencia a delitos especialmente graves, es considerada precisamente información no eliminable en las directrices sobre el derecho al olvido que aprobó en 2014 el Grupo de Trabajo Europeo sobre Protección de Datos.
De acuerdo con la autoridad italiana, dicha información tiene que ver, de hecho, con acontecimientos cruciales que han marcado algunas de las páginas más negras de la historia del país y no se van a eliminar de la memoria colectiva.
El Garante para la Protección de Datos declaró que, en su opinión, el acceso a la información en cuestión es de interés público, por lo que consideraba no justificada la solicitud de eliminación.
Sin embargo ¿cómo se va a reinsertar plenamente en la sociedad una persona que ha estado en la cárcel si cualquier búsqueda en Google sobre ella revela los peores detalles de su pasado?