Hasta 10.000 policías y soldados participan en la última operación de seguridad de las autoridades húngaras par mantener a migrantes y solicitantes de asilo lejos del país. Han reforzado la frontera con una valla de alambre de cuchillas que recorre todo el tramo entre Serbia y Hungría (frontera Schengen). Según datos del gobierno, una media de 130 personas cruzaba esta frontera a diario. Una nueva ley permite que el ejército y la policía detengan y devuelvan a cualquier persona a 8 kilómetros de la valla, pero en la práctica lo están aplicando incluso a quienes detienen mucho más lejos.