Los Países Bajos deben detener las adopciones de niños de otros países. Éste es el aviso que ha dado al gobierno el Consejo de Administración de Justicia y Protección de Menores (RSJ). El RSJ dice que el deseo de los padres occidentales por adoptar niños extranjeros y los intereses económicos vinculados, han creado un mercado dirigido por la demanda. Por lo tanto, el derecho de los niños a vivir en su país de origen, que es un interés primordial, está en juego. Es casi imposible que las agencias de adopción verifiquen si todas las opciones de adopción, en el país de origen, se han analizado.