Un informe del Ministerio de Industria y Comercio indica que la República Checa ha exportado armamento por el valor de 553 millones de euros en 2015, un 29% más que en 2014. Según los datos, el material casi siempre se ha vendido a regímenes represivos que lo emplean contra la disidencia y la población civil. Los países más problemáticos son Egipto y Arabia Saudita, donde apenas hay control sobre las fuerzas armadas, la policía o un poder judicial independiente. Desde una perspectiva de derechos humanos, estas ventas plantean serias dudas acerca de la calidad de la evaluación de riesgos.