Los moldavos acudirán a las urnas en octubre para elegir a su próximo presidente de manera directa por primera vez en dieciséis años. La decisión de pasarse al sufragio directo y poner así fin a un sistema en el que el presidente era nombrado por el Parlamento se ha producido después de una etapa de violentas protestas callejeras. Los comicios presidenciales no solo darán a los ciudadanos la posibilidad de elegir directamente a su líder sino también una oportunidad de votar contra la corrupción, más que de posicionarse a favor o en contra de Europa o Rusia.