En las últimas semanas, después de que el nuevo ministro de Interior, Marco Minniti, declarara su intención de abrir un CIE en cada región, los medios de comunicación italianos se han volcado en la cuestión de la eficacia de estas instituciones.

¿Qué son los CIE?

Los centros de identificación y expulsión fueron creados en 1998 y reformados en 2011. Su función es identificar y expulsar a migrantes ilegales que no tienen derecho a permanecer en Italia.

Cuando se introdujo la ley, la duración máxima de estancia era de 30 días, pero fue aumentando gradualmente. En 2015 se elevó a 90 días en circunstancias normales y un año en circunstancias especiales, esto es: que la persona represente un peligro para el orden público y la seguridad, o que exista la posibilidad de que escape.

¿Quienes están detenidos en los CIE?

La mayoría de las personas detenidas en estos centros han estado presas en la cárcel, y están en proceso de ser identificadas y deportadas.

También se encuentran muchas personas que tuvieron un permiso de residencia que no han podido renovar, o menores (que en muchos casos han nacido y crecido en Italia) que cumplieron 18 años y no pudieron renovar sus documentos. Algunos no tienen ninguna relación con el país de origen y tienen una vida completamente nueva aquí en Italia.

También hay solicitantes de asilo que no iniciaron su procedimiento de asilo cuando llegaron a Italia.

¿Dónde están los CIE?

Existen cuatro CIE actualmente en Italia: en Brindisi, Caltanissetta, Roma y Turín. Si funcionaran con su capacidad máxima, podrían albergar hasta 574 personas, pero actualmente la capacidad efectiva es de 359 personas.

El 30 de diciembre de 2016 había 288 personas detenidas. Muchos de las 15 CIE originales se fueron cerrando con el tiempo, ya que resultaron ineficaces y, además, peligrosos en cuanto a violaciones de los derechos fundamentales.

¿Son eficaces los CIE?

En un informe reciente, la Comisión Extraordinaria para la Protección y Promoción de los Derechos Humanos del Senado de la República consideraba que la efectividad de la CIE es muy limitada.

De hecho, durante los primeros nueve meses de 2016, solo el 44% de las personas que entraron en un CIE fueron deportadas a sus países de origen. En los años anteriores, el porcentaje también fue de alrededor del 50%.

Lo mismo ocurre con todas las personas que recibieron la orden de expulsión, pero no les detuvieron en un CIE: en 2015 se expulsó a la mitad y a la otra no.

Miles de personas han sido liberadas de los CIE porque no pueden ser deportadas a sus países de origen. Permanecerán ilegalmente en Italia, pero no podrán acceder al mercado de trabajo y probablemente serán víctimas de todo tipo de abusos o tendrán que delinquir.

Además, los CIE han sido denunciados incansablemente por ser lugares donde se cometen y normalizan graves violaciones de los derechos fundamentales. Muchos informes, tanto de ONG como de instituciones, han denunciado la atrocidad de estos lugares, por ejemplo, Arcipelago Cie de MEDU o los informes de las comisiones parlamentarias que se han ocupado de ello.

Injusto, costoso e ineficaz

Dado que el sistema de los CIE no funciona, parece un desperdicio de recursos abrir uno en cada región del país.

En un comunicado de prensa de Antigone, Patrizio Gonnella afirma: "La ley ya dice lo que hay que hacer, es decir, identificar a los migrantes irregulares que están en las cárceles durante su estancia en las mismas, pues es un tiempo más que suficiente para identificarlos. Identificarlos únicamente cuando ya han sido liberados y enviados a un CIE es injusto, costoso e ineficaz".

LasciateCIEntrare también ha emitido una declaración recordando y ennumenrando todas las irregularidades que han ocurrido en los CIE desde1998 y defendiendo el cierre de todos.

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