Tecnología y Derechos

Derribando muros: los italianos luchan contra la xenofobia con generosidad y amabilidad

Lo ocurrido en el pueblo italiano de Goro, donde se construyeron barricadas para bloquear un autobús que llevaba a 11 mujeres migrantes y sus 8 hijos, muestra el miedo que rodea el tema de la migración. Pero estos gestos no hablan por todos los italianos.

by Federica Brioschi
La Guardia Costera italiana y la Marina Militar salvan vidas a diario Imagen principal

Si preguntas a un puñado de ciudadanos italianos lo que significa ser italiano, es poco probable que obtengas la misma respuesta de todos. Sin embargo, si les preguntas cuáles son las principales características de los italianos, puede que todos respondan que son gente muy abierta y generosa.

Como CILD, nos gustaría poder estar de acuerdo. Nos gustaría poder decir que los italianos no levantan muros. Pero los italianos están levantando muros y lo llevan haciendo mucho tiempo.

Los italianos están levantando muros a través de discursos políticos populistas, en los que "los italianos van primero"; los italianos están levantando muros a través de las redes sociales, donde escriben que "los migrantes nos están invadiendo"; los italianos están levantando muros a través de las protestas en las calles, donde gritan a la gente que se vuelvan a sus países.

Lo han tuiteado, lo han compartido en Facebook, lo han dicho, lo han gritado y ahora también lo han hecho.

La Italia que cerró su puerta

Ocurrió en un pequeño pueblo de 4.000 habitantes llamado Goro. En la tarde del 23 de octubre de 2016, un puñado de ciudadanos construyó barricadas de madera en las tres calles que desembocan en el pueblo para bloquear el acceso a los migrantes que iban a ser reubicados allí.

Eran 11 mujeres y 8 niños. Mujeres y niños. Seres humanos como nosotros, pero nacidos en Alepo, en vez de en Goro. El autobús que llevaba a los migrantes tuvo que dar la vuelta e ir a otra ciudad.

La otra Italia

La buena noticia es que estos italianos no representan a la mayoría de la gente de nuestro hermoso país.

En Nápoles, se colgaron enormes pancartas en el puerto y en las calles con un mensaje muy sencillo: "Bienvenidos refugiados. Nápoles es vuestro hogar".

En Roma, el Centro Baobab estaba organizado y dirigido en su totalidad por migrantes y voluntarios que recibían y clasificaban comida, ropa, tiendas y colchones de los ciudadanos que viven en el vecindario (esto fue antes de que las autoridades desalojaran todo el área a finales de septiembre). El Centro Baobab, en Roma, proporcionó comida, ropa y otros artículos a los refugiados antes de que lo cerraran en septiembre.

En Lampedusa, todos los habitantes son voluntarios, que abren sus puertas y comparten su comida y su ropa con los migrantes. En el sur de Italia y en las islas, hay centros de primera acogida y centros de primera acogida temporal, mientras que en todo el territorio hay centros de acogida a largo plazo para adultos y para menores no acompañados, dirigidos por la administración del Estado o por la sociedad civil.

Los voluntarios de la Cruz Roja, sirven en las condiciones más complicadas durante largos y extenuantes turnos, intentando acomodar, cuidar y alimentar a todo el mundo. La Guardia Costera y la Marina italiana, no solo están patrullando nuestras costas, sino que están salvando vidas a diario. Los ciudadanos están donando sus bienes, tiempo y capacidades para ayudar a la gente que ha perdido todo, menos sus vidas.

El miedo al "otro"

Tras el suceso en Goro, muchas autoridades públicas y políticos dijeron que les avergonzaba el comportamiento de este grupo de personas. Sin embargo, no podemos evitar preguntarnos: ¿de dónde venía ese miedo que avivó tal acto?

A parte del hecho de que eran mujeres inofensivas con sus hijos, ¿qué causó que la gente en Goro y otras personas tengan miedo y rechacen a los migrantes? Puede que sea la forma en la que se presenta el tema en los medios, ya que parece que los aspectos positivos de la migración y las historias de éxito no alcanzan los titulares.

Puede que el tema esté demasiado politizado para hablar de él con números, hechos y cifras. Seguramente, la confusión causada por la presencia de información contradictoria o parcial, esté llevando a mucha gente a temer a aquellos que vienen de otros lugares al sur de Italia y a etiquetarlos como los "otros", no como parte de "nosotros".

Esperamos que los ejemplos positivos de generosidad e integración paren la propagación del miedo y ayuden a derribar los muros levantados para mantener fuera a aquellos que escapan de la guerra y la violencia.

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