Tecnología y Derechos

"Cortina de humo o realidad": Una entrevista sobre la protección de la comunidad LGTB en Serbia

Boban Stojanovic y su compañero Adam Puskar, dos figuras destacadas de la Organización del Orgullo de Belgrado y activistas LGBT han tenido que exiliarse pues temían por su vida.

by Civil Rights Defenders
Adam Puskar (izquierda) y Boban Stojanovic (derecha) tuvieron que exiliarse debido a la situación actual en Serbia.

Boban Stojanovic y su compañero Adam Puskar tuvieron que exiliarse a Canadá en 2016, temiendo por sus vidas y su seguridad. Tras años de luchar contra el discurso de odio y por los derechos de la comunidad LGBT en Serbia y más allá piensan que la legislación diseñada para protegerlos fracasó miserablemente.

La legislación contra la discriminación se introdujo en Serbia en marzo de 2009 bajo el disfraz de la Ley sobre la prohibición de la discriminación (Zakon o zabrani diskriminacije). El objetivo general de la ley era introducir una ley sistémica como base para la protección integral y general contra la discriminación en todas las áreas.

Bajo esta legislación universal, se han establecido mecanismos reforzados para la "protección contra todo tipo de discriminación (incluidas, sin restricciones: raza, género, orientación sexual, genética, religiosa, cultural, invalidez, edad, afiliación política, sindical y de otro tipo de organizaciones, etc)".

Sin embargo, muchas comunidades marginadas dentro de Serbia, como la comunidad LGBT, señalan que esta legislación no es más que una cortina de humo, la realidad es muy diferente.

"Ser activista gay en Serbia significa estar expuesto a muchas formas disitintas de discurso de odio y violencia. Con el paso de los años, desgraciadamente, he aprendido que uno de los objetivos más importantes de los que odian es difundir el miedo y tratar de que seamos frágiles ", afirma Boban Stojanovic.

Boban y Adam siguen luchando por la igualdad de derechos desde Calgary, Canadá, donde Civil Rights Defenders tuvo la oportunidad de conocerlos y aprender sobre la realidad de las personas LGBT en Serbia y lo que ellos han vivido.

Aquí está la entrevista a Boban Stojanovic y Adam Puskar, activistas LGBT y figuras destacadas de la Organización del Orgullo de Belgrado.

¿Podéis explicar brevemente qué es lo que os hizo salir de Serbia e ir a Canadá?

La inseguridad. Y sobre todo la falta de respeto hacia nuestras vidas, las vidas de la comunidad LGBT y todo nuestro esfuerzo y trabajo por tratar de construir una cultura de derechos humanos en Serbia. Esto combinado con los numerosos casos de discurso de odio y ataques hacia la comunidad LGTB que aunque lleguen a tribunales no se resuelven nunca, y la actitud arrogante de los gobernantes serbios. Por ejemplo, en 2013 atacaron la casa donde vivíamos, y aunque los dos perpetradores fueron identificados en agosto de 2016, el caso todavía está bajo investigación y ellos caminan libremente por la calle,

¿Cómo os sentís habiendo tenido que dejar vuestro país porque por ser activistas LGTB vuestra vida corre peligro?

Fue una decisión muy difícil para nosotros. No porque queramos ser patéticos o presentarnos como víctimas, sino como defensores de derechos humanos que creemos profundamente en el cambio social y aceptamos todas estas experiencias negativas como un precio que a pagar por nuestra libertad. Tomamos la decisión tras múltiples conversaciones y exámenes de conciencia entre nosotros, que nos ayudaban a mantenernos fuertes y sobrevivir el clima anti-derechos humanos de Serbia. Mientras que los activistas de derechos humanos están en riesgo -incluso en países más liberales que Serbia- en nuestro país, la completa falta de interés institucional para protegerlos es flagrante. Para sobrevivir, tuvimos que salir.

Boban y Adam dicen que como activistas tiene el "deber de señalar públicamente la violencia homófoba que sufren".

¿Cuán frecuente es el discurso de odio y los ataques contra la comunidad LGBT en Serbia? ¿Podéis poner un ejemplo específico de vuestra experiencia o de algo que hayáis visto?

Cada vez que publicaba en Facebook un relato sobre una agresión de odio contra nosotros, mi bandeja de entrada se llenaba con mensajes de personas LGTB que me contaban experiencias similares. Pero, la mayoría de nosotros todavía estamos obligados a vivir con vergüenza y miedo a la exclusión social y en la mayoría de los casos expuestos a la violencia y a la discriminación contra la comunidad LGBT. La mayor parte de estos incidentes no se denuncian ni se registran de ningún modo. Somos invisibles para la sociedad serbia en general.

¿Cuál creéis que es el futuro para las personas LGBT en Serbia? ¿Tenéis alguna esperanza?

Como con todo, algunas cosas pueden cambiar con el paso del tiempo. Una vez que un problema se abre, de alguna manera se hace imparable. Aunque no me da del todo miedo el formato de este cambio, estoy seguro que habrá algunos cambios, sí me preocupa el contenido, la dedicación de los legisladores y las autoridades y, sobre todo, su continuidad y dinamismo. La trivialización de la sociedad también ha llevado a una reflexión profunda sobre el movimiento y la comunidad LGBT, por lo que no logró ver ningún indicio de una base para una promoción más amplia de los derechos LGBT en Serbia en los próximos diez años.

¿Tenéis un mensaje para las personas o grupos que os han forzado a esta situación?

Como activistas, sentimos que nuestro deber es hablar sobre la violencia homófoba que hemos vivido. Pero después de cada ataque sentía que me pintaban como un mentiroso: mi historia estaba ahí, a la vista de todos, pero para el sistema judicial serbio no había ningún perpetrador, mis miedos no se no se reconocén en abosluto, se trivializados, y por supuesto ningún caso ofreció ninguna respuesta ni sanción punitiva de los tribunales, despojándonos cada vez más de cualquier noción de seguridad y justicia. Cuando leía los comentarios en Internet o escuchaba lo que decía la gente de mi alrededor, siempre había un tono de acusación: hago lo que hago porque necesito el dinero y la atención de los medios de comunicación. En lugar de generar una cooperación fuerte entre los defensores de derechos humanos y las instituciones estatales, los líderes serbios han optado por ser neutrales y permitido que los hooligans homófobos y los odiadores se fortalezcan más que la ley.

Serbia es un país candidato a la UE, sin embargo, muchas personas LGTB vivís con miedo, ¿qué debería hacer el gobierno para que las personas LGBT puedan comenzar a sentirse cómodas viviendo en la sociedad serbia?

La sociedad serbia lleva más de dos décadas viviendo en una cultura de mentiras. Y esta es la razón principal que echa completamente por tierra una cultura que apoye mecanismos para que los ciudadanos puedan vivir sin temor. Es esta ruptura de la cultura lo que conduce a la miseria que vemos hoy en Serbia. Si los gobernantes quieren cambiar las cosas, deben concentrarse en cambiar la cultura actual y crear una cultura de derechos humanos. Los derechos humanos son una idea(l) y como todas las ideas, la gente tiene que darle sentido a esa idea. Si miramos cúales son la cuestiones públicas en Serbia a día de hoy y analizamos simplemente el comportamiento de nuestro primer ministro y otras figuras relevantes, lo que salta a la vista es el alto nivel de arrogancia, el bajo nivel de solidaridad, y el cero interés por un cambio sostenible, en lo que se conforma como un país destrozado. El primer paso importante y necesario sería crear un ambiente donde la dignidad de la gente pueda ser fortalecida. Para lograr esto es preciso un cambio cultural.

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