Tecnología y Derechos

Importante violación de los derechos de las mujeres embarazadas en Bulgaria

El Comité Helsinki de Bulgaria ha pedido al Tribunal Europeo de Derechos Humanos que declare medidas provisionales para proteger el parto en casa de una mujer embarazada.

by Bulgarian Helsinki Committee
(Image: Jason Lander)

El Comité Helsinki de Bulgaria (BHC) quiere que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) obligue al Estado búlgaro a aplicar medidas administrativas y penales contra los médicos que se nieguen a asistir un parto en casa.

La demandante, una mujer que identificaremos como D, presentó un recurso al Tribunal de Estrasburgo en 2012 sobre su derecho como madre embarazada a dar a luz fuera de un hospital, libre del acoso del hospital pero con derecho a la asistencia necesaria de profesionales médicos en su casa.

La legislación búlgara prohibe esta práctica con medidas penales y administrativas contra los profesionales de la salud que asistan un parto fuera de un hospital.

Graves violaciones de los derechos de las mujeres

La solicitud que presentó la BHC viene a coalición del embarazo de D y su próximo parto. D ya ha dado a luz dos veces en hospitales donde ha sufrido coerción y no quiere pasar otra vez por la misma experiencia.

La presión que ejerce la legislación búlgara sobre las mujeres para que den a luz, contra su voluntad, en el contexto institucionalizado de un hospital, donde el parto se trata como un riesgo médico en lugar de como un proceso natural, y se lleva a cabo por médicos en contra de la voluntad y la dignidad de las mujeres y de las necesidades de salud de los hijos, es una violanción importante de su derecho a la vida personal y familiar, como recoge el Artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Partos dolorosos

La denunciante dio a luz a su primer hijo en 2008. El parto procedió según las prácticas médicas a las que ella se había negado explícitamente: los médicos le administraron oxitocina y prostaglandina para estimular las contracciones, a pesar de su deseo de tener un parto natural, y se aplicó la maniobra de Kristeller. Como consecuencia, el bebé nació con una fractura de clavícula, un hematoma y un edema en la cabeza.

Para su segundo parto, en 2012, D no fue al hospital hasta que fue inminente. Pagó una tasa de 1.960 lev (1.000 euros), que supuestamente cubrían los gastos de un parto en agua, la presencia del padre y una doula durante el parto. Sin embargo, el parto en agua fue una mala experiencia, acompañada de disputas con el personal acerca de la postura que eligió, y de otros requisitos que ver con su cuerpo y su bebé.

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